sábado, 28 de mayo de 2016

Orígenes del Islam (III) - Los dos cofres

Había, en una cueva, dos cofres idénticos.

Uno guardaba diez kilos de oro; el otro, diez kilos de bronce.

Dos hombres se enteraron de la existencia y el contenido de los cofres.

Cada uno consiguió una llave que permitía abrir los cofres, pero no sabían exactamente dónde estaba la cueva.

Con el fin de encontrarla, acordaron colaborar y repartirse el botín a partes iguales.

Se separaron para cubrir más terreno, hasta que uno de ellos encontró la cueva.

El otro, que seguía buscando, oyó la llamada de su compañero:

- ¡Ven! ¡La he encontrado!

Muy contento, siguió la voz hasta la cueva.

El que la encontró estaba esperando en la entrada:

- ¡Aquí están los cofres, compañero! Ya los he abierto. Como acordamos, he repartido el botín a partes iguales. Éste es el tuyo -señaló-.

- ¿Quieres decir que cada cofre tiene cinco kilos de oro y cinco de bronce?

- Exacto.

- Vamos a ver, pues. Utilizaré mi llave para abrir mi cofre, y lo veré con mis propios ojos.

- ¡NO! -dijo el primero-. Ni se te ocurra hacer eso. Te lo prohíbo. Tienes que creer que lo que te he dicho es cierto, y tienes que obedecerme y no abrir tu cofre.

-  ¡¿Cómo dices?! ¿Por qué iba a creerte o a obedecerte? 

- Porque yo lo digo. Y punto.

- Me da igual lo que tú digas. Además, tu negativa ha hecho que desconfíe aún más de tus intenciones. Creo que intentas engañarme. Si no fuera así, ¿qué mas te daría que abriera mi cofre con mi llave?

- ¡¿Cómo te atreves a cuestionarme?! ¿Acaso quieres ser castigado? ¿Quieres morir?

- ¡Apártate! ¡Voy a abrir mi cofre!

- ¡NOOO!

Cuando intentó abrir el cofre, el otro hombre se le abalanzó. Durante el forcejeo, el cofre cayó por una ladera, estampándose contra el suelo, revelando su contenido:

Diez kilos de bronce.

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Mahoma se autoproclamó profeta de un dios, Alá.

Según él, "la verdad sólo puede provenir de Alá, y todo lo demás es falsedad": Sura 22:62, Sura 10:32.

Según él, todo aquel que no siga su ejemplo y enseñanzas está destinado a arder en el infierno: Sura 4:56, Sura 33:64.

Según él, las críticas a él o a Alá son blasfemias, y deben ser castigadas con la muerte si es necesario: Sura 33:57, Sura 33:61.

Según él.

¿Por qué hemos de creerle? ¿Por qué hemos de obedecerle?

Mahoma no quiere que utilicemos nuestra llave (capacidad de pensar por nosotros mismos) para descubrir el contenido de los cofres (averiguar cuál es la verdad), amenazándonos con un castigo (la muerte y el fuego del infierno) para silenciar toda crítica.

Mahoma es un farsante.

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